La Sociedad por Acciones Simplificada:

una solución populista

Por Ricardo del Monte Núñez

 

 

El pasado 9 de diciembre de 2015, el Senado de la República, como cámara de origen, aprobó el dictamen para crear un nuevo tipo societario en México: La Sociedad por Acciones Simplificada (SAS, por sus siglas). La votación fue casi unánime: una abstención, dos votos en contra y todos los demás a favor.

 

El 9 de febrero en curso, la Cámara de Diputados, como revisora, aprobó el dictamen por una mayoría mas asombrosa aún: todos los votos a favor, salvo un voto valiente en contra: el voto de un jurista.

 

El decreto se ha enviado al Ejecutivo Federal para que lo apruebe y promulgue o, en caso de tener observaciones, lo vete y regrese al Congreso. Dada la aplastante mayoría con que se aprobó por los parlamentarios, se anticipa que será publicado en breve.

 

¡Malas noticias! Teniendo nuestros legisladores una oportunidad de oro para hacer algo útil y eficaz, que nos mantuviera productivos y a la vanguardia; optaron por un parche populista, que se ve muy difícil resuelva lo que la iniciativa se propuso hacer y que, por si fuera poco, peca de inequitativo e inconstitucional.

 

En la iniciativa se dice que se propone facilitar a las personas incorporarse a la formalidad, mediante un esquema societario moderno, administrado por la autoridad, quien por medios remotos constituirá las sociedades, de manera gratuita.

 

El aspecto positivo del nuevo tipo societario es que permite la incorporación de una persona moral unimembre, abandonando la idea clásica de “sociedad” en la que necesariamente alguien tiene que estar asociado con otra persona mas. Estas son entidades que pueden tener un solo integrante. ¡Bravo!

 

Pero esta solución, que pudo extenderse a todos los tipos societarios que tenemos, se limitó sólo a estas nuevas Sociedades por Acciones Simplificadas. ¡Mal, mal, mal! ¿Por qué los legisladores no quisieron extender este avance verdadero a las demás sociedades? No lo se, no me lo explico. ¿Por qué unas sí y otras no? ¿por qué esa discriminación? No hay respuestas.

 

Estas sociedades sólo pueden constituirse por personas físicas que no sean socios o accionistas, o no controlen la administración de otras sociedades. ¿Por qué el legislador optó por coartar el derecho de asociación y la libertad de dedicarse a lo que a los socios les plazca, siendo lícito? ¿Por qué vulnerar nuestros derechos humanos y constitucionales de esa manera? No lo se, no hay respuestas.

 

Estas nuevas sociedades sólo pueden existir como tales mientras que sus ingresos anuales no rebasen los 5 millones de pesos, momento en que deberán migrar a un tipo societario tradicional. Pero, ¿cómo puede una sociedad de un solo socio migrar a otro tipo que exige por lo menos dos? Nuevamente, se recurrirá a la simulación; al hazle como que eres mi socio, para cumplir con la exigencia de ser dos.

 

Aunque se dice que esto se hace para que las personas dejen la informalidad, para constituirse los socios deben tener Firma Electrónica (Fiel) expedida por el SAT, esto es: Se trata de personas que ya no están en la informalidad.

 

Finalmente, se afirma que este trámite será gratuito pero, nada en este mundo es gratuito, todo tiene un costo. ¿Cuánto costará esta nueva estructura, programa y personal? A la larga, usted, amable lector, y yo, que pagamos nuestros impuestos, estaremos subsidiando a otras personas para que, de manera gratuita, puedan constituir una entidad que les permita hacer negocios, sin exponer su patrimonio a los riesgos del comercio. ¿Le parece justo?

 

Es muy difícil que los notarios hablemos de estos temas, puesto que se piensa que lo hacemos en la defensa de nuestros intereses económicos y que hablamos por el bolsillo. Yo no me opongo a la idea de empresas constituidas de manera sencilla y económica. Lo que encuentro difícil de aceptar es que se adopten medidas que no resuelven los problemas verdaderos y que sólo “suenan bien”. Si los tiempos lentos tienen como causa los trámites burocráticos, ¿por qué piensan que se van a resolver con más burocracia?

 

 

 

 

El autor es Notario Público 8 en Tijuana